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COAG Andalucía pide a la ministra de Transición Ecológica un cambio de rumbo en la gestión del Guadalquivir

  • Esta organización denuncia que desde la última sequía, en la década de los 90, se ha duplicado la superficie de riego de la cuenca del Guadalquivir, que llega hoy hasta las 900.000 hectáreas, lo que ha provocado un aumento del déficit estructural del agua que es de 400 hm3.
  • COAG Andalucía ha dirigido una carta a la ministra de Transición Ecológica pidiendo un cambio de rumbo en la gestión de la cuenca y la modificación del nuevo Plan Hidrológico antes de su próxima aprobación.

Ante la grave situación que está sufriendo la cuenca del Guadalquivir, que está llevando a la ruina a miles de agricultores  de zonas tradicionalmente regables, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos –COAG- de Andalucía ha remitido una carta a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, informándole de lo que en esta cuenca está ocurriendo y solicitándole auxilio ante el negro futuro que se presenta para el regadío del Guadalquivir y para el modelo social y profesional de agricultura que mantiene vivo el medio rural andaluz.

Concretamente, COAG Andalucía denuncia que el déficit estructural de la cuenca del Guadalquivir, que se sitúa en los 400 hm3, y se está viendo agravado por la sequía, es consecuencia directa de la nefasta gestión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir – CHG-. Y es que, desde la última sequía, en la década de los 90, se ha duplicado la superficie de riego de la cuenca del Guadalquivir, que ha pasado de 440.000 hectáreas hasta las 900.000 que hay en la actualidad.

Asimismo, la CHG ha incentivado el cambio de cultivos anuales a cultivos leñosos intensivos, que disminuyen la adaptabilidad a los ciclos de sequía y, además, generan una prioridad frente a otros cultivos anuales. Además, en el caso del olivar se diferencia la dotación de agua entre los modelos de olivar tradicional y olivar súper intensivo, lo que provoca competencia desleal.

El déficit de agua que se arrastra en el Guadalquivir se traduce en pérdidas millonarias en toda la cuenca, donde se ha producido una caída del empleo y cierre de industrias, lo que no ha ocurrido en otras cuencas que sufren la misma sequía, quedando en evidencia, por tanto, la mala gestión a la que hace referencia COAG.

La trampa que permite la ampliación del regadío

¿Cómo permite la CHG que tierras de secano se conviertan en regadío, en una coyuntura de cambio climático, sequía y arrastrando la cuenca un déficit de agua estructural desde hace años?

Esta organización explica que desde la propia Confederación se incentiva la transformación de tierras de secano a regadíos en base a las normativas de los Planes Hidrológicos, que se mantienen, a pesar de las alegaciones presentadas por COAG Andalucía en el nuevo Plan que se aprobará en breve. Igualmente, con esta medida se está propiciando la especulación sobre las tierras de secano aledañas a las zonas regables.

Así, en el artículo 18 del nuevo plan se dice textualmente: “En los proyectos de modernización o transformación de regadíos que impliquen un ahorro de agua se permitirá destinar hasta el 45% del mismo a la ampliación de la superficie de riego”. Hay que destacar que, para el cálculo del ahorro de consumo de agua se utilizan las dotaciones que posee una Comunidad de Regantes en su título concesional, y no en base a su histórico de consumo, por lo tanto, el ahorro no es real en los casos que la Comunidad no consuma habitualmente el total de la concesión.

Desde COAG Andalucía se reclama a la CHG información en este sentido: ¿Cuánto se ha ampliado el regadío del Guadalquivir desde 2005, gracias a esta norma del Plan Hidrológico? De momento, ese dato es un misterio.

Por último, desde COAG Andalucía se insiste en la necesidad de que se garantice la dotación de riego que tienen los agricultores de la cuenca, ya que la actividad agraria no puede estar bajo la constante amenaza de continuos recortes y periodos sin cosecha por falta de riego. Para ello, esta organización solicita el mencionado cambio de rumbo en la gestión de la Confederación que, junto a todo el sector del regadío del Guadalquivir (comunidades de regantes, agricultores, cooperativas e industrias agroalimentarias), debe resolver  el déficit estructural de la cuenca y gestionar las consecuencias del cambio climático.

 

 

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