Crónica de una catástrofe
- “Cuando la agricultura se convierte en un terreno de especulación, para unos y otros; el agricultor profesional, el que lleva décadas alimentado personas, lo paga”, denuncia Antonio Rodríguez, secretario Provincial de COAG Málaga
5 Junio 2024.- La Coordinadora de Organizaciones Agrarias, COAG, de Málaga, saca a la luz las claves que han causado la catástrofe por la que está atravesando el cultivo de la cebolla en la provincia de Málaga en la actualidad. Entre los principales factores que han llevado al sector a la ruina de esta cosecha se encuentran tres movimientos de distintos agentes que operan en el mercado, entre cuyos objetivos no se encuentra el de cultivar alimentos. Estas causas son: los intereses especulativos de la gran distribución; las importaciones sin control de terceros países; la competencia desleal y la falta de planificación de la producción, fomentada por agentes intermediarios del canal comercializador. El resultado de este conjunto de factores ha significado la ruina para los agricultores/as tradicionales de este cultivo en la provincia de Málaga.
“El origen del problema comenzó a últimos de febrero, cuando las grandes cadenas de distribución deciden abandonar el stock almacenado de cebolla de conservación y traer, en su lugar, cebollas nuevas de importación a precios mucho más elevados que las de origen nacional, bajo la falsa excusa de que es la más demandada por los consumidores en esas fechas, algo que no concuerda con la realidad de los demás canales de venta (fruterías, pequeñas cadenas de supermercados, …)”, explica un grupo de agricultores de cebolla, afiliados a COAG Málaga.
Así, a principios de año, se produce un movimiento especulativo, en el que los operadores que tenían cebollas almacenadas en cámara frigoríficas fuerzan los precios sin tener en cuenta que, al no ser adquirido el producto por las grandes superficies, el resto del mercado no tendría la capacidad suficiente para sacar sus stocks. El resultado fue que, a partir de marzo, los precios caen en picado y la venta de cebollas de conservación se detiene hasta el punto de que cuando llegan nuestras producciones de primavera del Sur y Levante, aún quedaba un alto porcentaje de ese stock sin vender, “y, mientras tanto las grandes cadenas de distribución, llevaban meses vendiendo cebollas de importación. A partir de este momento se perfila el desastre”, relata el gerente de una importante cooperativa de agricultores de Antequera.
La competencia desleal, el tercer factor
La especulación generada en torno a este producto ha sido otro factor determinante para esta catástrofe anunciada. Dos situaciones han confluido para que los movimientos especulativos dentro de los propios productores del sector hayan impactado sobre la cebolla malagueña con un resultado devastador. La primera situación se dio el año pasado cuando el producto reunió una cosecha con muy buenos precios, “lo que ha generado un efecto llamada de agricultores/as de otras provincias, incitados por los intermediarios, tanto comerciales de semillas como operadores de la comercialización, que persuadieron a los que tenían recursos hídricos y derechos de la PAC a aprovechar la rentabilidad del cultivo. Así nos hemos encontrado con barbaridades de superficies de hasta 40 y 50 hectáreas”, sigue explicando este responsable.
Esta situación ha creado un agravio comparativo, pues aquellos agricultores con un alto número de hectáreas, vinculadas a los derechos de pago básico (una ayuda que es concedida al territorio y de la que nunca se ha beneficiado el cultivo de la cebolla), pueden vender sus cebollas dos o tres céntimos de euro por debajo, en comparación con el agricultor/a de cebolla tradicional, que no cuenta con esta ayuda, lo que además genera, en un cultivo que presenta altos rendimientos de producción, la indeseable competencia desleal, “poniendo, por otra parte, en evidencia algo que ya veníamos advirtiendo desde COAG Málaga, esto es que esta última reforma de la PAC tampoco ayuda a los agricultores profesionales que viven de la producción de sus cultivos. El resultado final es la situación presente en la que se ha producido un colapso total del mercado. Debemos poner el foco en la gran distribución, pero también es necesario hacer una autocrítica de muchas actuaciones nuestras. Cuando la agricultura se convierte en un terreno de especulación, para unos y otros; el agricultor profesional, el que lleva décadas alimentado personas, lo paga”, concluye ante el catastrófico escenario Antonio Rodríguez, secretario Provincial de COAG Málaga.