De este IPOD se desprende una dura realidad: los consumidores pagan los ajos, la lechuga, la cebolla y las zanahorias hasta un 501% más caro que lo que cobra el agricultor. Es decir, una vez más, los eslabones más débiles de la cadena alimentaria salen perdiendo, mientras que la gran distribución sigue especulando y forrándose a costa del sacrificio de los que producen los alimentos, en una coyuntura además muy complicada con la sequía y los altos costes de producción, y de los consumidores.
En concreto, los productos alimentarios que presentan un diferencial de precio origen-destino más elevado son:
- Plátanos: 614%
- Ajo: 501%
- Lechuga: 450%
- Cebolla: 432%
- Uva de mesa: 430%
- Aceituna de mesa: 427%
- Zanahoria: 428%
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