En este documento elaborado por el IFAPA se dan las recomendaciones más adecuadas para una gestión eficiente del agua en el cultivo de los cítricos en situación de escasez hídrica, y bajo diferentes escenarios de disponibilidad. Para ello es importante diferenciar diferentes grupos de actuación en función de la dotación de agua autorizada para la campaña y se realizarán recomendaciones o estrategias a seguir en cada caso: • Dotaciones 1 000 m 3 /ha
• Dotaciones de 1 000 a 2 000 m 3 /ha
• Dotaciones de 2 000 a 4 000 m 3 /ha
• Dotaciones 4 000 m 3 /ha.
El agua es un insumo fundamental para los sistemas agrícolas, siendo el principal factor limitante de la productividad y rentabilidad de los cultivos establecidos en regadío. Actualmente la agricultura de regadío es la principal consumidora de agua dulce del planeta, con casi el 70% del total de agua dulce a nivel mundial.
A día de hoy España sufre una situación de sequía severa prolongada, derivada de condiciones meteorológicas irregulares y extremas. Concretamente, los cítricos son un cultivo muy vulnerable a los efectos de la escasez de agua y la falta de este recurso puede provocar situaciones de estrés que afecten directamente a la producción final, tanto en términos de calidad y calibre del fruto, como en términos cuantitativos. Incluso, situaciones de estrés hídrico severo y prolongado pueden llegar a comprometer la la viabilidad en el tiempo y la supervivencia en los casos más extremos.
La cantidad de agua que las plantas necesitan para su adecuado crecimiento y producción es el resultado de la suma de dos componentes: la evaporación del agua del suelo y la transpiración por parte del cultivo, la cual depende fundamentalmente de tres grupos de factores: climáticos (temperatura y humedad del aire, radiación solar y viento), manejo agronómico (volumen de copa y fracción del suelo sombreado); y los derivados de la propia planta (características aerodinámicas y de capacidad de estomática en condiciones de estrés o elevado déficit de presión de vapor-
En los cítricos andaluces los factores climáticos unidos a los factores mesofíticos propios del cultivo, hacen que las necesidades de agua del cultivo sean elevadas y superiores al régimen de precipitaciones típico de su clima, requiriendo de una dotación de agua en torno a 4.000-5.000 m3/ha para alcanzar la máxima eficiencia productiva. Por el contrario,
en situaciones de sequía severa, la cantidad mínima de agua necesaria para asegurar la supervivencia de las plantaciones citrícolas estaría en torno a 1.000-1.500 m3/ha. Esta dosis de riego mínima correspondería con una dotación de agua que evite la muerte de los árboles y mitigue, en la medida de lo posible, el efecto plurianual de un estrés hídrico tan severo.
En cualquier caso, dichas cantidades dependerían también de la especie, el material vegetal y la edad de la plantación, no existiendo a día de hoy datos suficientes que permitan corroborar el límite inferior de supervivencia de este cultivo.
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