viernes, noviembre 22, 2024
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Los jóvenes agricultores tienen mayor formación académica

Casi 4 de cada 10 tienen titulación universitaria y el 65%, como mínimo, bachiller o FP superior, dato que se rebaja al 48,7% cuando hablamos de los jóvenes españoles en general

Los jóvenes agricultores que se incorporan al sector agrario tienen una formación académica más elevada que la media de su generación. Casi 4 de cada 10 tienen titulación universitaria y el 65%, como mínimo, bachiller o FP superior, dato que se rebaja al 48,7% cuando hablamos de los jóvenes españoles en general, según el último informe de la OCDE.

Ésta es una de las principales conclusiones del estudio de investigación, «Agro-millennials. Perfil de los nuevos agricultores/as y ganaderos/as del siglo XXI«, presentado hoy en Madrid por Juventudes Agrarias de COAG y la ETSIAM de la Universidad de Córdoba.

Radiografía del “Agromillennials” estándar, (en base a los datos del estudio)

Se llama Alejandro o María, es hijo de agricultores o ganaderos ( 75%), vive en el medio rural (83%), se dedica a tiempo completo a la actividad agraria ( 69%) y es el titular de su explotación (87%). Aprendió todo lo necesario de la tradición familiar (76%), complementado por la formación académica agraria (34%) y su propia experiencia (28%).

Tiene estudios universitarios (o como mínimo bachillerato o FP superior, 65%), y considera necesaria una mayor oferta formativa en cuestiones relacionadas con gestión empresarial y emprendimiento (69%), transformación digital (48%) y estrategias de comercialización (44%). Prefiera una modalidad formativo híbrida (combinación presencial-online, 48%).

Piensa que su entorno no le concede facilidades para el ocio (61%) y echa en falta más servicios, como centros educativos y sanitarios (67%). Lamenta que no se hayan mejorado las comunicaciones en materia de transporte (64%) y reconoce que existe aún una gran brecha tecnológica con los servicios de conectividad y wifi del medio urbano (51%).

A pesar de ello, suele estar presente en redes sociales, de forma mayoritaria en Instagram (62%) y facebook (59%), y no tanto en twitter (25%) o Linkedin (16%). Su app favorita y la que más utiliza: whastapp (90%).

Se suele informar por redes sociales (76%) y prensa digital (55%) y mucho menos por medios de comunicación tradicionales como radio (38%), televisión (36%) y prensa papel (10%). También utiliza como fuentes informativas las organizaciones profesionales agrarias (42%), las cooperativas (34%) y las revistas técnicas profesionales (31%).

A nivel sociológico, se siente más identificado con una visión ideológica del mundo de centro-derecha, (5,8 en una escala en la que “0” es extrema izquierda y “10” extrema derecha).

Considera la agricultura como un trabajo estable a largo plazo (87%) y manifiesta un nivel de satisfacción muy alto por haber decidido hacerse agricultores/as (8,48 sobre 10). Vería con buenos ojos que sus descendientes se dedicaran también a la agricultura (69%). De hecho, la tradición familiar es lo que más le motivó para dedicarse al trabajo en el campo (66%). (Tan sólo un 3% reconoce que no tenía otra alternativa).

Su experiencia en la incorporación y en la gestión de su explotación agraria

El 73% consideran útiles las ayudas económicas para la incorporación (7 de cada 10 la solicitan) pero el 66% las ve insuficientes.

Entre los principales obstáculos para la incorporación señalan de forma destacada la excesiva burocracia (69%), el acceso a la tierra (42%) y el largo periodo entre que se solicita la ayuda para incorporación y su concesión (41%). El 24% reconoce también como freno la falta de reconocimiento social de esta actividad.

Sobre los principales elementos que pueden condicionar su permanencia en la actividad agraria apuntan al precio recibido por sus productos y el aumento del coste de las materias primas (68%), los recortes en el presupuesto PAC y la falta de apoyo institucional al campo (45%), la competencia desleal de terceros países por los acuerdos de libre comercio de la UE (30%), el cambio climático (25%) y la incapacidad para innovar e incorporar nueva tecnologías a su explotación (22%).

En el capítulo de innovación, el 76% reconoce conocer las ayudas para introducir mejoras en la explotación, el 55% las ha solicitado. Del 1 al 10, le dan un 7,57 a la importancia de la tecnología para mejorar la gestión de su explotación pero citan como principales barreras para su adopción la inversión económica (79%), la adecuación a sus necesidades (36%) y la falta de formación (29%).

En ese sentido, un 88% considera muy necesarios foros y jornadas divulgativas para dar a conocer las posibilidades que ofrece el abanico de innovaciones en torno al sector.

En cuanto a las diferencias por género, cabe destacar que las agromillennials valoran en mayor medida que ellos las implicaciones sociales de la actividad agraria (lucha contra la pobreza y el despoblamiento rural) y ambientales (lucha contra el cambio climático, protección del medioambiente y la importancia del paisaje y la biodiversidad).

El contexto

En España hay en torno a 27.000 titulares de explotaciones agrarias menores de 35 años, que representan tan sólo el 3% del total. Mientras, los mayores de 64 años son más de 355.000 titulares, un 40 del total. En la presente década, 6 de cada 10 agricultores entrarán en edad de jubilación. Se necesitará un mínimo de 200.000 nuevas incorporaciones para que haya un relevo generacional sostenible.

“Necesitamos atraer talento al sector agrario para impulsar el vital proceso de transformación digital que hoy ya nos posibilita producir más con menos. En un contexto geoestratégico muy complicado, en el que la soberanía alimentaria ha dejado de darse por supuesta en Europa, el campo español reúne todos los ingredientes para liderar la producción de alimentos en la UE y ser el motor económico y social de nuestro medio rural. Menos burocracia, más apoyo real a los jóvenes que quieren dedicarse a la actividad agraria y al modelo social y profesional de agricultura, y una cadena alimentaria que reparta de forma justa y equitativa el valor de los alimentos del campo a la mesa, es la mejor garantía para consolidar un sector agrario rentable y, por ende, un relevo generacional sostenible”, ha subrayado Andrés Góngora, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG, durante la presentación.

En relación a ello, Rosa Gallardo, Directora de la ETSIAM de la Universidad de Córdoba, ha señalado que el futuro del sector agrario requiere de altas dosis de innovación y una apuesta decidida por la transformación digital. “Para ello, la presencia de jóvenes en el sector es clave para imprimir a estos procesos de transformación el ritmo necesario. Los jóvenes con los que contamos nos permiten ser optimistas, tienen altos niveles de formación y confianza en el sector, pero necesitamos atraer más talento joven para asegurar la sostenibilidad futura de un sector tan estratégico como el agroalimentario”, ha afirmado.

Tras la presentación, ha tenido lugar una mesa redonda para analizar las claves de un relevo generacional sostenible en nuestro sector agrario, moderada por la Presidenta de la Asociación de Periodistas Agrarios de España (APAE), Elisa Plumed. En la misma han participado tres agromillennials; Luís Pérez, ganadero y maestro quesero de Cantabria, Eva Lizama, ganadera de porcino y productora de cereales en Gallocanta (Zaragoza), Xavier Purroy, productor de fruta de hueso en Lleida, acompañados por la visión del mundo formativo y académico, de la mano de Pedro Sánchez-Zamora, profesor de la ETSIAM y Director del Máster de Estrategias para el Desarrollo Rural y Territorial de la Universidad de Córdoba, y del mundo empresarial, en boca de Nicoletta Trombini, responsable de Comunicación Externa y Campañas de BASF Agro España.

 

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