Grandes pérdidas especialmente en el Bajo Guadalquivir
- COAG Andalucía destaca que el sector de transformados es un motor socioeconómico fundamental para zonas del Guadalquivir, especialmente en la zona baja, donde la industria de transformación de hortícolas, sobre todo la del tomate, genera miles de empleos directos e indirectos, que esta campaña se van a perder.
- Esta organización agraria solicita a las administraciones que tengan en cuenta la repercusión social de los cultivos a la hora de establecer las medidas que ayuden a paliar las desastrosas consecuencias de la sequía.
Entre los graves perjuicios que la sequía prolongada que padecemos está generando en el campo andaluz, desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos –COAG- de Andalucía se quiere hacer hincapié en la complicada situación en la que se ha quedado un sector de gran impacto social como es el de los productos hortícolas para transformación.
El responsable de este sector en COAG a nivel nacional, el lebrijano Diego Bellido, lo explica así: “La sequía se ha cargado la campaña de hortícolas para industria. No hay agua para regar, así que este año no podemos cultivar ni tomate, ni pimientos, ni calabazas… para industria o transformados”.
Además de las pérdidas económicas para los agricultores, que están buscando alternativas que no requieran riego, la pérdida de la campaña de tomate para industria, por ejemplo, del Bajo Guadalquivir, está suponiendo ya un serio problema para la comarca, ya que estos cultivos generan miles de jornales, tanto para la siembra como para la recolección, así como se generarán cuantiosas pérdidas para las empresas agroalimentarias (solo en el Bajo Guadalquivir hay tres dedicadas al tomate), de insumos, de transportes, para los semilleros, etc… “Se trata de un efecto dominó que va a tener un hondo calado social y que, por lo tanto, necesita de ayudas urgentes que alivien esta situación de crisis”, comenta Diego Bellido.
En 2021 se cultivaron en Andalucía unas 6.850 ha de tomate al aire libre para transformación industrial, 5.700 en la provincia de Sevilla, así como unas 700 ha de otros hortícolas como pimientos, calabazas… Cultivos que no se verán en 2022 ante la falta de agua.
La siembra del tomate de industria suele realizarse de forma escalonada, repartida en el tiempo durante los meses de marzo y abril y, normalmente, las últimas a principios de mayo. De este modo es posible organizar una recolección gradual del cultivo, recepcionando el tomate de todas las zonas a lo largo de unos 75 días, aproximadamente. Este cultivo presenta un ciclo de unos 4 meses.