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Los agricultores de remolacha de Sevilla y Cádiz, desesperados ante los retrasos en la recogida del cultivo

Déficit de planificación

  • COAG Andalucía advierte del grave perjuicio para los remolacheros de Sevilla y Cádiz, a consecuencia de una mala planificación de la fábrica azucarera que ha obligado a dejar cultivo en el campo con el consiguiente sobrecoste en una dotación de agua, cada día más insuficiente.

23 julio 2024.- La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG- de Andalucía, da la voz de alarma ante la calamitosa situación que están viviendo los remolacheros de la zona del Bajo Guadalquivir, Guadalete y Barbate (Sevilla y Cádiz, fundamentalmente) quienes están observando cómo la fábrica azucarera no recoge sus cultivos debido, fundamentalmente, a un déficit en la planificación de la campaña, que, sumado al deterioro de sus instalaciones está dando lugar a ocasionando que cientos de hectáreas permanezcan en el campo a la espera de su recolección.

Las consecuencias de este retraso, inasumible para los agricultores, en la recolección son de gran alcance pues, por un lado, supone un sobrecoste en las dotaciones de riego disponible, lo que resulta del todo inaceptable si tenemos en cuenta el periodo de sequía por el que estamos atravesando y el hecho de que el inicio de otros cultivos (como las hortalizas) están necesitados a su vez y desde hoy mismo de esas asignaciones.

En este sentido, la lentitud en la recolección está provocando que los agricultores se encuentren, en algunas zonas, con riesgo de pudrición, lo que repercute a su vez en los costes sobre la producción de la campaña, llevando al productor a pérdidas insostenibles, dilapidando sus cálculos iniciales y los acuerdos firmados al inicio de la temporada. Mientras que en otras áreas, está implicando un sobrecoste en las dotaciones de agua de riego.

“Las expectativas de producción iniciales se han superado aproximadamente en un 5% o un 10% pero eso debería haber sido fácilmente asumible por parte de las instalaciones, si éstas estuvieran en perfecto estado y se hubiera procedido a su correcto mantenimiento entre campaña y campaña. Ahora los agricultores estamos pagando un retraso inasumible. Una campaña que inició a finales de mayo y que debería haber durado unos 50 días. Sin embargo, llevamos ya 14 días de retraso y las previsiones son que hasta mediados de agosto no se pueda terminar la recogida. Mientras tanto hay remolacha en el campo pudriéndose; otra que lleva 20 días sin riego porque se supone que la máquina iba a pasar a recogerla. Está siendo un descontrol y una incertidumbre tal que el cultivo no puede sostener”, explica Miguel Pérez, secretario General de COAG Cádiz, dando voz a los afectados.

Así, la superficie cultivada este año ha sido de 9.000 hectáreas. En la provincia de Sevilla se ha contado con 200 hectáreas de secano y 4.200 de regadía; mientras que, en Cádiz, se han sembrado 2.300 de secano y 2.300 de regadío. Estas cifras, unidas a las lluvias que se produjeron durante el otoño, han supuesto un incremento en la producción inesperado (el último aforo arrojaba la cifra de 650.000 toneladas) para la azucarera quienes no han desarrollado la planificando necesaria para dar respuesta a estas necesidades, dando lugar a una acumulación de retrasos. Entre las alternativas puestas en marcha por la fábrica azucarera, se ha priorizado la recogida del cultivo de secano, pero la tardanza y el deterioro de las instalaciones ha repercutido en un sobrecoste en agua de riego inaceptable para el cultivo de regadío, que se ve ahora con cultivo sembrado en octubre que aún no ha podido ser recolectado.

“La tensión entre los remolacheros es inaguantable ya. Alguien tiene que darnos respuestas para esta situación y se tienen que asumir responsabilidades. Además, los agricultores nos encontramos ante una falta de comunicación y de información inaceptable. El hecho de que haya desparecido el Acuerdo del Marco-Interprofesional ha ido solo en perjuicio de la buena marcha de las campañas. Sin esta interlocución se dan casos de agricultores a la espera de que llegue la máquina o de productores regando a ciegas con agua que es necesaria para otros cultivos que están arrancando ahora. Es una situación desquiciante e injusta que tiene que ser reparada de alguna forma, con indemnizaciones a los más perjudicados o con soluciones para estos 30 días que, según nos dicen, aún quedan de campaña. Y mientras, la remolacha pudriéndose en los campos, insostenible”, concluye el secretario General de COAG Cádiz, Miguel Pérez.

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