- La presidenta de CERES Andalucía y responsable del Área de Igualdad de COAG Andalucía, Inmaculada Idáñez Vargas, valora positivamente la aprobación del Parlamento y felicita a las mujeres de CERES Andalucía por la iniciativa presentada y su contribución a que este Estatuto sea una realidad en Andalucía.
La Federación de Asociaciones de Mujeres del Mundo Rural –CERES Andalucía- considera un logro histórico que Andalucía vaya a contar con un Estatuto de las Mujeres Rurales y del Mar, porque el papel de las mujeres es determinante para el presente y el futuro de nuestra tierra y esta ley quiere garantizarlo.
La presidenta de CERES Andalucía y responsable del Área de Igualdad de COAG Andalucía, Inmaculada Idáñez Vargas, quiere dar la enhorabuena a todas las mujeres rurales “porque se ha dado un paso importante más para que la igualdad sea real y efectiva en nuestras zonas rurales”, así como ha felicitado a todas las agricultoras y ganaderas que, desde CERES Andalucía, han trabajado y contribuido a que ayer el Parlamento andaluz aprobara el proyecto de ley del Estatuto de las Mujeres rurales y del Mar, también en colaboración con otras organizaciones, que ha agradecido la consejera de Agricultura, Carmen Crespo”.
En este sentido, Inmaculada Idáñez ha querido agradecer a Carmen Crespo su voluntad política a la hora de llevar adelante este estatuto, que fue propuesto por CERES Andalucía, que supone un gran colofón en su etapa al frente de la Consejería de Agricultura de la Junta.
La responsable de CERES ha destacado igualmente que el Estatuto incluya la creación de la Mesa de las mujeres rurales y del mar con el objetivo de que las mujeres alcancen una mayor representación en el sector agro-pesquero andaluz y en el desarrollo rural. En este sentido, hay que poner en valor que, por primera vez, la voz de las mujeres estará presente reforzando la interlocución, así como, por ejemplo, en el comité de seguimiento de la PAC.
Asimismo, es relevante que la Ley de las Mujeres rurales y del Mar contempla el impulso de la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, la corresponsabilidad, el acceso a líneas de incentivos que evite desigualdades, además de facilitar el acceso a ayudas y contratos públicos, no en vano, la mujer es clave para el desarrollo rural y la fijación de población al territorio, “para mantener, en definitiva -apunta Inmaculada Idáñez-, un territorio rural con vitalidad y futuro”.
