- COAG reclama a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que abra de forma urgente una investigación para identificar a aquellos operadores que están destruyendo valor en la cadena del aceite de oliva.
- Con una producción un 37% inferior a la campaña pasada, según datos definitivos publicados hoy por la AICA, los olivareros continúan sumidos en una grave crisis tras más de dos años con precios por debajo de los costes de producción. Las pérdidas se elevan ya por encima de los 1.100 millones de euros.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) denuncia las prácticas especulativas que se están dando en el mercado del aceite de oliva, acentuadas con la situación de Estado de Alarma por la crisis sanitaria por coronavirus. “Un significativo aumento de la demanda ( +31 en hogares), una menor oferta (-37,6% de producción en última campaña) y el buen ritmo de las exportaciones, contrastan con una caída de los precios origen ( -15%). Esto evidencia que hay operadores que están destruyendo valor del campo a la mesa. No es lógico que con esta situación de mercado, los precios al agricultor (1,90 €/kg) se sigan situando muy por debajo de los costes de producción, 2,70 euros/kg.”, ha subrayado Juan Luís Ávila, representante de COAG en la Interprofesional del Aceite de Oliva.
Desde COAG ya se ha pedido a la a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que abra de forma urgente una investigación para identificar a aquellos operadores que están destruyendo valor en la cadena del aceite de oliva. “La AICA tiene que empezar inmediatamente a verificar que, en los contratos de compra-venta de aceite de oliva, a la hora de fijar el precio se respeta el coste de producción, tal y como recoge la última reforma aprobada de Ley de mejora de la cadena alimentaria. Es intolerable mantener una situación tan crítica por más tiempo cuando hay un repunte del consumo que está beneficiando a todos los operadores de la cadena menos a los olivareros”, ha subrayado Ávila.
Los fundamentos del mercado, oferta y demanda, no justifican la caída de precios.
Con las cifras de producción de aceite de oliva de la campaña 2019/20 en el mes de marzo, publicadas hoy por la AICA, se puede considerar prácticamente por concluida, arrojando un resultado de 1.116.000 toneladas de aceite de oliva producido, un 37,6% inferior a la campaña pasada. Durante el mes de marzo se comercializaron en el mercado interior 65.600 toneladas (71,3 millones de litros) que suponen 15.000 toneladas (16 millones de litros) más y un aumento del 30% respecto al mismo período del año pasado. Con unas exportaciones que se mantienen a buen ritmo pese a las dificultades que vienen sucediendo en los últimos meses en los intercambios comerciales mundiales que alcanzan las 500.000 toneladas acumuladas en los primeros 6 meses de campaña. En total en el mes de marzo las salidas al mercado de aceite de oliva superan las 140.000 toneladas, con un acumulado en lo que va de campaña de 783.000 toneladas que suponen el 70% de lo producido en toda la campaña, con lo se estima que las salidas a final de campaña puedan estar entre 1,4 y 1,5 millones de toneladas si las cosas no se tuercen por el impacto del COVID-19. Se espera una reducción de existencias al final de la campaña en septiembre, de un 23%, respecto a la campaña anterior.
Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, el consumo nacional de aceite en los hogares se ha incrementado un 31,5% durante el primer mes de confinamiento respecto al mismo periodo de 2019; un 97,7% la primera semana de confinamiento; un 13,6% la segunda semana; 13,3% la tercera y un 1,6% la cuarta. Hay que considerar que la mayor parte del consumo de aceite corresponde al aceite de oliva, 3 de 4 litros de los que consumen en el hogar. Este aumento del consumo, en gran parte debido al acaparamiento realizado por los consumidores durante la primera semana de confinamiento, ha supuesto un notable aumento de la venta en los lineales de los supermercados. La obligación de cierre de espacios como restaurantes, cafeterías, hoteles, ha restringido la comercialización de aceite de oliva por el canal HORECA, pero ha tenido un menor impacto que en otros productos agrarios ya que la venta en su mayor parte se canaliza a través de la distribución organizada. La cuota de mercado de la gran distribución representa el 88,9% del aceite comercializado.
Sin embargo, mientras que el consumo ha subido durante el último mes, los precios en origen han caído un 15% desde marzo de 2019 y un 37% desde el mismo mes en 2018. Los olivareros continúan sumidos en una grave crisis tras más de dos años con bajos precios en origen, que se mantienen por debajo de los costes de producción. Las pérdidas acumuladas se elevan ya por encima de los 1.100 millones de euros.
El almacenamiento privado desencadenado por la UE para regular la oferta a causa de los elevados excedentes de la pasada campaña, ha inmovilizado durante 6 meses más de 200.000 toneladas, pero su impacto en el mercado está siendo insignificante, ya que los precios en origen apenas han variado unas décimas al alza. COAG considera necesario que la UE prorroge por otros 6 meses más el almacenamiento privado para dar mayor margen a que se recuperen los precios, máxime en una situación de incertidumbre por los efectos económicos que va a tener el COVID-19 a corto y medio plazo. Además, se deben actualizar los umbrales de desencadenamiento del almacenamiento privado para adaptarlos a los costes de producción presentes.