* COAG Andalucía considera que la Orden no responde a las necesidades del sector y que reduce los índices de rendimiento de una forma arbitraria, generando agravios entre productores. Por eso, pediremos una corrección de errores.
Sevilla, 30 de abril de 2019. Hoy se ha publicado en el BOE la Orden por la que se reducen los índices de rendimiento neto aplicables en el método de estimación objetiva del IRPF para las actividades agrícolas y ganaderas afectadas por circunstancias excepcionales.
COAG Andalucía considera que la Orden llega tarde y mal, que no responde a las necesidades del sector y que establece unas reducciones de módulos arbitrarias y que generan agravios inexplicables entre los propios productores, además de incluir importantes olvidos. “El Ministerio decide a su antojo y no negocia con las organizaciones, que planteamos por escrito nuestras propuestas pero nunca sabemos qué rebajas van a fijar finalmente y por qué”, explica el secretario general de COAG Andalucía, Miguel López.
Así, por ejemplo, no se entiende que queden fuera los cultivos herbáceos (con excepción del sorgo en Cádiz), que sufrieron retraso de siembra por las intensas lluvias primaverales y experimentaron una bajada de rendimiento y de rentabilidad, especialmente en girasol y garbanzo, a lo que hay que sumarle los incrementos de precio de los insumos.
Tampoco se explica lo que ocurre con olivar. El módulo de Productos del olivo sólo se ha rebajado al 0,13 en municipios puntuales de Córdoba y Granada y uno de Sevilla, quedando fuera provincias enteras como Jaén o Huelva, y el resto de municipios de las demás provincias productoras. No se entiende que haya ese trato diferente a municipios contiguos y con producciones similares. La aceituna de mesa sí recibe un tratamiento fiscal lógico, bajando su módulo en los principales municipios productores de Sevilla, Málaga y Córdoba.
Quedan excluidos sectores como el viñedo, la flor cortada, la remolacha o el algodón, que sufrió retrasos en la siembra y daños en el cultivo por las lluvias irregulares y las plagas.
Incomprensible resulta el criterio para rebajar los módulos de los productos hortícolas, que reciben un tratamiento distinto en municipios o sectores que han padecido similares incidencias meteorológicas o de plagas. Se reduce el módulo del calabacín sólo en Almería y el del pimiento sólo en Granada; el de tomate en toda Sevilla y algunos municipios de Granada y Cádiz; el de aguacate sólo en dos municipios de Cádiz, olvidando a Málaga y Granada.
Para la ganadería, sólo se ha reducido el índice de rendimiento del bovino de leche, a pesar de que el conjunto de los sectores extensivos y semiextensivos se vieron muy afectados por la falta de lluvias y por su irregular distribución, que provocaron ausencia de pastos y la necesidad de incrementar el porcentaje de suplementación alimentaria. COAG pidió para los sectores semiextensivos de bovino y ovino de carne y caprino de carne y leche un módulo de 0,09 y para bovino de leche y los sectores intensivos, el 0,1.
Esta organización valora positivamente que se hayan atendido las reivindicaciones de los productores de cítricos, que vieron retrasada su campaña por las altas temperaturas y las lluvias en tiempo de recolección, que perjudicaron la comercialización y mermaron la rentabilidad. El Ministerio de Hacienda ha reducido su índice de rendimiento hasta el 0,18 con carácter nacional y el 0,13 en algunos municipios de Almería y Cádiz.
También se ha reducido con carácter estatal el módulo de patata y el de apicultura, ambos al 0,18. El sector apícola vio reducida su producción de miel y polen al 50%, por las adversidades meteorológicas, además de sufrir el hundimiento de los precios.
A pesar de estos últimos datos positivos, COAG Andalucía considera que la reducción de módulos aprobada por el Ministerio de Hacienda es claramente insuficiente, además de arbitraria, por lo que pedirá, por la vía de la corrección de errores, que se subsanen los olvidos y agravios cometidos con los sectores agrarios andaluces. Además, COAG Andalucía recuerda que sigue habiendo sectores cuyo módulo necesita ser revisado y actualizado de manera estructural, como es el caso del viñedo, el algodón o la flor cortada, porque el sistema que se utiliza para recopilar los datos (RECAN) está obsoleto y se basa en información de campañas anteriores, por lo que no se adapta a la rentabilidad real de esos cultivos.