- Fuertes incrementos en energía y lubricantes (13,5%), fertilizantes (8,4%), servicios financieros (7,3%), semillas y plantones (6,3%) y gastos veterinarios (5%).
- La subida del dato de Renta Agraria viene motivada por una mayor producción en cereales (+43%), plantas forrajeras (+25%) y vino (+18%). Descienden los precios agrícolas y ganaderos.
- Durante los últimos 15 años, lo costes se han encarecido un 56% mientras que la renta ha subido tan sólo un 13%.
Madrid, 27 de diciembre de 2018. La significativa subida de los costes de producción ha impedido que el aumento del 3,4% de la Renta Agraria en 2018 se note en el bolsillo de agricultores y ganaderos. Así se desprende del análisis realizado por el Departamento de Economía Agraria de COAG sobre la base de los datos que arroja la 1ª estimación de Renta Agraria 2018 publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. A pesar del repunte del último año, desde 2003 el sector agrario español ha perdido el 8,3% de su renta total.
El incremento de la Renta Agraria 2018 se debe principalmente al aumento del Valor de la Producción (se alcanza un nuevo récord con 53.086 millones de euros). La producción vegetal aumentó un 6,5% en valor, la producción animal registró asimismo un aumento del 2,6%. En lo que respecta a las producciones agrícolas, y debido al favorable año hidrológico, se han registrado fuertes incrementos en la producción en cereales (43,3%), plantas forrajeras (25,3%) y vino y mosto (18,1%), frente a la marcada sequía de la campaña anterior y mientras los precios han experimentado un ligero descenso (-0,3%). En producciones ganaderas, se ha observado una evolución al alza de las cantidades producidas (4,5%), mientras que los precios han descendido un 1,8%.
Por su parte, los consumos intermedios (costes) [1] alcanzaron en 2018 los 23.199 mill€ en términos corrientes, la cifra más alta de la serie. Es un notable incremento del 6,3% frente a 2017, tanto en precio (3,2%) como en cantidades consumidas (2,9%). Todos los capítulos crecieron respecto a 2017, excepto el de mantenimiento de material (-2,6%). El principal ascenso en valor se produjo, por segundo año consecutivo, en el capítulo de energía y lubricantes (13,54%). También tuvieron incrementos notables fertilizantes y enmiendas (8,4%), los servicios de intermediación financiera (7,3%), semillas y plantones (6,3%) o gastos veterinarios (5%). Crecieron de manera algo más moderada respecto al año anterior otros bienes y servicios (3,8%), servicios agrícolas (2,5%), mantenimiento de edificios (1,8%), y los productos fitosanitarios (1,9%). Los piensos, el capítulo más importante sobre el total de costes de producción con un 50,2%, ascendieron un 6,9%, debido a la subida de cantidades (4,6%) y precios (2,2%).
Entre 2003 y 2018 los consumos intermedios se han encarecido un 56,3%, mientras que la renta agraria corriente ha subido un 13,8%.
Evolución de los Consumos Intermedios (2003-2018) en términos corrientes (mill€)
COAG considera que es imprescindible emprender una serie de actuaciones para revertir la continuada pérdida de renta de los agricultores y ganaderos en los últimos años, especialmente en lo que concierne a los costes de producción cuya tendencia al alza ha comprimido la rentabilidad del sector. En este sentido, se ha trasladado al Ministerio de Agricultura que, de cara a 2019, se ponga en marcha una batería de medidas que ayuden a mitigar el alza del precio de los principales insumos:
1. Fiscalidad. La fiscalidad agraria es una política de plena competencia estatal que debe optimizarse para favorecer la agricultura profesional y productiva. Las peticiones más apremiantes del sector agrario son:
- Incremento del IVA compensatorio al sector ganadero equiparándolo a la agricultura.
- Reintroducción de las deducciones del rendimiento neto previo por adquisiciones de gasóleo (35%), plásticos o fertilizantes (15%) y la reducción general del 2%.
- Aplicación del tipo reducido del IVA a los consumos energéticos de los agricultores profesionales: electricidad y gasóleo.
- Exención en el IRPF de las ayudas del segundo pilar de la PAC a jóvenes agricultores, en las que se permite que una parte vaya a capital circulante.
2. Tarifa eléctrica Las dos principales propuestas que efectúa COAG en este apartado son las siguientes:
- Implantación de un contrato específico y adaptado a las características del consumo en el sector agrario. En el caso de los regadíos es imprescindible adaptar un contrato de temporada que se adecúe a las características de esta actividad y sea realmente operativo para los regantes.
- Exención parcial del 85% del Impuesto Especial sobre la electricidad (IEE) a los sectores ganaderos, como permite la normativa comunitaria y dado el elevado gasto que deben asumir esta tipología de explotaciones. En este caso, también es necesaria la actualización de los módulos del IRPF mediante la inclusión de un índice corrector sobre el consumo eléctrico de los ganaderos.
3. Desarrollo de las energías renovables en el sector agrario y de la figura de la Explotación Agraria Productora de Energías Renovables. Desarrollo del sistema de generación distribuida de energía eléctrica para aumentar su competitividad y apoyar las iniciativas de mitigación del cambio climático (reducción de la huella de Carbono). Por las grandes ventajas medioambientales, en cuanto a reducción de la huella de carbono y tratamiento de residuos ganaderos, se propone la elaboración de un plan específico de desarrollo del biogás. En línea con el anterior, también se propone la creación de planes de apoyo específico para el fomento de las fuentes y el aprovechamiento de calor renovable en el medio agrario.
4. Creación del Observatorio de costes y mercados de insumos. Vigilancia de los oligopolios que controlan los insumos del sector agrario: energía, fertilizantes, piensos, semillas, etc. para evitar la especulación y los costes injustificadamente elevados para los agricultores. En este sentido, se propone la creación de un Observatorio de Insumos para dar seguimiento y transparencia al mercado en el que participen las asociaciones representativas implicadas.
[1] Los consumos intermedios representan el valor de los insumos utilizados en producción. Incluyen gastos de medios de producción corrientes: semillas/plantas de vivero, energía, fertilizantes, fitosanitarios, alimentos para el ganado, gastos veterinarios, mantenimiento de material y edificios, y otros servicios. No se incluyen impuestos, ni amortizaciones.