– Debería aglutinar todas las acciones dispersas que se han puesto en marcha para favorecer la igualdad en el medio rural, definiendo objetivos e indicadores con perspectiva de género para cada una de las políticas.
– En ese sentido, es necesario abordar el desarrollo efectivo de la Ley de Titularidad compartida de la Explotaciones Agrarias, una nueva Política Agraria Común (PAC) con perspectiva de género y medidas de apoyo económico y social para las mujeres que viven y trabaja en el mundo rural.
Madrid, 15 de octubre de 2018. Con motivo del Día de la Mujer Rural, el Área de la Mujer de COAG y la Confederación de Asociaciones de Mujeres del Medio Rural (CERES) han pedido al Gobierno el desarrollo de una Estrategia de Empoderamiento de la Mujer Rural que aglutine todas las acciones dispersas que se han puesto en marcha para favorecer la igualdad en el medio rural, definiendo objetivos e indicadores con perspectiva de género para cada una de las políticas. «La contribución de las mujeres al desarrollo local y comunitario es significativa, pero las mujeres rurales somos una minoría en la toma de decisiones y la planificación, particularmente en el sector agrario. El Gobierno debe ir más allá de medidas concretas que respondan a las necesidades del día a día. Debe incidir en las cuestiones de fondo para eliminar los roles de género establecidos históricamente para los hombres y mujeres que viven y trabajan en el medio rural”, ha apuntado Inmaculada Idañez, Presidenta de CERES.
En este sentido, el Ministerio de Agricultura debe liderar una ofensiva a corto y medio plazo para que iniciativas como Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias o la nueva Política Agraria Común (PAC) post-2020, respondan en fondo y forma a las necesidades de las mujeres rurales. Respecto a la primera, desde el Área de la Mujer de COAG y CERES, se ha pedido al MAPA un mayor esfuerzo formativo e informativo para que los beneficios de la Titularidad Compartida lleguen a todos los rincones de nuestro medio rural. “El gran problema de agricultoras y ganaderas es que siempre se ha entendido que su aportación al negocio familiar es una “ayuda». Gobierno y CC.AA. deben trabajar para que esa «ayuda» lleve asociados unos derechos económicos y sociales propios (alta a la Seguridad Social, acceso a prestaciones por las bajas por maternidad y jubilación, etc…) Por ahí se empieza a construir el verdadero empoderamiento de la mujer rural», ha subrayado Idañez.
Asimismo, es vital que la nueva Política Agraria Común (PAC) post 2020, en este momento en proceso de negociación, sea la primera PAC con perspectiva de género. «Las mujeres gestionamos el 30% de las explotaciones agrarias de la UE pero sólo somos propietarias del 12% de la tierra, frente al 61% controlada por hombres. En ningún apartado, ni tan siquiera en el capítulo de Desarrollo Rural, se habla específicamente de medidas orientadas a facilitar e impulsar el papel de la mujer en la agricultura europea. Integrar la perspectiva de género podría hacerse desde la exigencia de personal técnico experto en igualdad para los asesoramientos en desarrollo rural, por ejemplo. Es una especie «despotismo ilustrado de Bruselas»: todo para las mujeres pero sin las mujeres. Es algo que en pleno siglo XXI no podemos tolerar«, ha lamentado la responsable del Área de la Mujer de COAG.